Onceavo disco de esta banda de culto del doom metal más oscuro y siniestro que tus oídos pudieran concebir. Este trabajo es un álbum doble en el que estos chamacos ingleses quisieron experimentar con sus sonidos, especialmente con sus canciones más representativas y para festejar sus 20 años de existencia. Es un hecho científico que su contribución al metal y al doom sobre todo, influyó en la posterior existencia del gothic metal tal y como lo conocemos ahora. Es bien sabido que Paradise Lost y Type O’ Negative tuvieron que ver también pero My Dying Bride es una banda de culto, como dije y merece cierto respeto. Este nuevo trabajo no convenció a muchos amantes del género, especialmente los más radicales. En su afán por evolucionar y experimentar optaron por meterle arreglos sinfónicos y orquestales a sus temas de tal manera que se logre un aspecto nuevo y distinto a su forma de concebir la música. El aspecto sombrío y de densidad aun permanece en este trabajo, pero por el contrario la ausencia de guitarras eléctricas y batería, las voces operísticas y la demasiada melodía, hace que muchos, incluyéndome tengamos la capacidad de incluirlos en el sello del metal. De todas maneras el disco tiene una excelente producción, una genial portada y una grabación exquisita y que define lo que estos quieren hacer. El disco es más digerible para quienes estén mejor acostumbrados a este tipo de música clásica, sobre todo, para los powers, pero no así lo recomiendo para los que gustan de escuchar metal doom en sus formas más clásicas y etéreas posibles. El disco es un disco triple con catorce canciones en total que no destaca ninguna sobre otra por tratarse totalmente de temas orquestales. El disco salió a la venta el 13 de mayo del 2011 bajo el sello de Peaceville records.
Calificación: 8 de 10 puntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario