RATT – INFESTATION – 2010
Al menos podemos decir que la rata sigue vigente (o al menos eso es lo que nos quieren dar a entender Stepehen Pearcy y compañía) y una de esas afirmaciones que les hago yo al respecto es en este nuevo trabajo, el cual es el octavo apenas de su carrera ya bastante larga oscilando por ya casi 31 años de existencia. No cabe la menor duda de que Ratt es de las pocas bandas de glam metal ochentero que fueron icónicas en su época, que formaron parte de la cultura pop de ese entonces y que amén de algunas canciones bastante pegajosas, poseían bastante talento y su propio sello y estilo único e inconfundible. Tal vez no eran de la talla de otros grandes de ese entonces como Mötley Crüe o Def Leppard, pero poseían talento y mucha idea para componer temas bastante buenos y que difícilmente hoy se olvidan. Después de una ruptura de vario años donde Warren De Martini y Stepehen Pearcy se agarraron a arañazos por los derechos de la banda, el fallecimiento en 2004 de Robin Crosby de SIDA y la salida de Juan Croucier y su desinterés en reformar esta legendaria banda, regresan con un disco que francamente es de lo mejor de su carrera, temas excelentes, la música genial, con todo su estilo característico de guitarras semi independientes con riffs muy buenos, muy ochenteros, tocando ese heavye metal clásico como ellos nada más saben hacer y la característica e inconfundible voz de Stepehn Pearcy aunada a los solos poderosos de Warren De Martini, considerado como uno de los grandes de la guitarra eléctrica de los últimos tiempos, hacen de esta tremenda y única mancuerna algo bastante sólido y contundente. Con una nueva alineación teniendo reemplazando a Robin Crosby a nada más y nada menos que al demonio Carlos Cavazo conocido por su trabajo con Quiet Riot, con el regreso de Bobby Blotzer en la bataca y con Robie Crane en el bajo. Un disco bastante interesante, de lo mejor que han grabado y del que seguramente nadie saldrá decepcionado, aunque si les cuestiono que al señor Cavazo me lo hayan relegado a segundo plano y casi no se escuchen sus grandes solos los cuales son sobresaturados hasta el cansancio por De Martini, aunque todos sabemos que Cavazo se lo lleva de calle. La producción del trabajo es muy buena, un disco muy bien grabado y que gracias a la tecnología actual de grabación, podemos escuchar ampliamente a Ratt como debe de ser con su sonido clásico. En mi opinión este disco es el que debió de salir después del “Detonator” (1990) y no la porquería llamada “Collage” (1997) que le dio un fuerte cimbronazo a su carrera y casi la destruye el fatídico “Ratt” (1999) que también es otra porquería. El disco contiene 11 temas de los cuales destacan: “Eat me up alive”, “Best of me”, “A Little too much”, “Lost weekend”, “As good as it gets”, “Take a big Little”, “Take me home” y “Don’t let go”. El disco salió a la venta el 20 de abril del 2010 bajo el sello de Roadrunner records. Un trabajazo que nos recuerda mucho al “Dancing undercover” (1986)
Calificación: 8 de 10 puntos.
Al menos podemos decir que la rata sigue vigente (o al menos eso es lo que nos quieren dar a entender Stepehen Pearcy y compañía) y una de esas afirmaciones que les hago yo al respecto es en este nuevo trabajo, el cual es el octavo apenas de su carrera ya bastante larga oscilando por ya casi 31 años de existencia. No cabe la menor duda de que Ratt es de las pocas bandas de glam metal ochentero que fueron icónicas en su época, que formaron parte de la cultura pop de ese entonces y que amén de algunas canciones bastante pegajosas, poseían bastante talento y su propio sello y estilo único e inconfundible. Tal vez no eran de la talla de otros grandes de ese entonces como Mötley Crüe o Def Leppard, pero poseían talento y mucha idea para componer temas bastante buenos y que difícilmente hoy se olvidan. Después de una ruptura de vario años donde Warren De Martini y Stepehen Pearcy se agarraron a arañazos por los derechos de la banda, el fallecimiento en 2004 de Robin Crosby de SIDA y la salida de Juan Croucier y su desinterés en reformar esta legendaria banda, regresan con un disco que francamente es de lo mejor de su carrera, temas excelentes, la música genial, con todo su estilo característico de guitarras semi independientes con riffs muy buenos, muy ochenteros, tocando ese heavye metal clásico como ellos nada más saben hacer y la característica e inconfundible voz de Stepehn Pearcy aunada a los solos poderosos de Warren De Martini, considerado como uno de los grandes de la guitarra eléctrica de los últimos tiempos, hacen de esta tremenda y única mancuerna algo bastante sólido y contundente. Con una nueva alineación teniendo reemplazando a Robin Crosby a nada más y nada menos que al demonio Carlos Cavazo conocido por su trabajo con Quiet Riot, con el regreso de Bobby Blotzer en la bataca y con Robie Crane en el bajo. Un disco bastante interesante, de lo mejor que han grabado y del que seguramente nadie saldrá decepcionado, aunque si les cuestiono que al señor Cavazo me lo hayan relegado a segundo plano y casi no se escuchen sus grandes solos los cuales son sobresaturados hasta el cansancio por De Martini, aunque todos sabemos que Cavazo se lo lleva de calle. La producción del trabajo es muy buena, un disco muy bien grabado y que gracias a la tecnología actual de grabación, podemos escuchar ampliamente a Ratt como debe de ser con su sonido clásico. En mi opinión este disco es el que debió de salir después del “Detonator” (1990) y no la porquería llamada “Collage” (1997) que le dio un fuerte cimbronazo a su carrera y casi la destruye el fatídico “Ratt” (1999) que también es otra porquería. El disco contiene 11 temas de los cuales destacan: “Eat me up alive”, “Best of me”, “A Little too much”, “Lost weekend”, “As good as it gets”, “Take a big Little”, “Take me home” y “Don’t let go”. El disco salió a la venta el 20 de abril del 2010 bajo el sello de Roadrunner records. Un trabajazo que nos recuerda mucho al “Dancing undercover” (1986)
Calificación: 8 de 10 puntos.
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